Incendios urbanos: el desafío silencioso que enfrenta la construcción en México
La tecnología de prevención de incendios prometen revolucionar la forma en que las ciudades abordan la seguridad contra los accidentes, pero todavía hay retos por sortear como la falta de regulación.
En el corazón de la Ciudad de México, un edificio de oficinas se ilumina en la noche. No son las luces de los trabajadores nocturnos, sino un sistema inteligente de prevención de incendios que realiza una autoprueba.
Se trata de sistemas que verifican su funcionamiento sin intervención humana, algoritmos de inteligencia artificial que predicen la probabilidad de un incendio, y redes de sensores interconectados que pueden alertar a los bomberos en cuestión de segundos.
La tecnología de prevención de incendios parece sacada de un relato de ciencia ficción, pero ya es una realidad y los avances prometen revolucionar la forma en que las ciudades mexicanas abordan la seguridad contra incendios. Hoy permiten dar soluciones que prometen, no solo detectar, sino prevenir estos siniestros.
“Estamos en el umbral de una nueva era en la prevención de incendios. La tecnología que estamos desarrollando hoy no sólo detectará y combatirá incendios, sino que los prevendrá antes de que ocurran”, afirma Jurgen Van Goethem presidente de Edificación y Automatización en Europa y antes presidente de Fuego en Honeywell.
Esta visión del futuro no es sólo tecnológica, sino también social. La implementación exitosa de estas tecnologías tiene el potencial de reducir significativamente las muertes y pérdidas económicas por incendios, mejorando la calidad de vida en las ciudades mexicanas.
Los incendios urbanos representan un desafío crítico para México. Cada año, estos fenómenos cobran alrededor de 700 vidas, según datos del Consejo Nacional de Protección Contra Incendio (CONAPCI), con un crecimiento de 10% anual y un promedio de 95,000 casos al año.
De los que afectan a las construcciones, 55.6% ocurre en edificios y condominios, el 34.1% en comercios, y el 21.1% en casas unifamiliares.
Estas cifras no son solo estadísticas frías; representan tragedias personales, familias destrozadas y pérdidas económicas millonarias.
“Cada incendio es una oportunidad perdida de prevención”, afirma Jurgen Van Goethem, quien con más de dos décadas de experiencia en el sector, ha sido testigo de la evolución tecnológica en la lucha contra los incendios urbanos.
“Hemos pasado de la simple detección a la predicción y prevención activa”, señala.
Los desafíos
Pero aunque la escena de las luces encendidas en los edificios de los corredores corporativos es cada vez más común, todavía está lejos de ser la regla en todo el país.
La implementación de estas tecnologías enfrenta obstáculos significativos. “La industria de la construcción, especialmente en lo que respecta a la seguridad contra incendios, tiende a ser conservadora”, señala el experto en fuego.
“La adopción de nuevas tecnologías puede llevar años debido a los rigurosos procesos de prueba y certificación”.
Este conservadurismo, aunque comprensible dada la importancia de la seguridad, puede resultar contraproducente. Mientras los sistemas más avanzados pasan por largos procesos de aprobación, los incendios continúan ocurriendo en edificios con protecciones obsoletas o inexistentes.
La disparidad en la implementación de estas tecnologías es otro problema crítico. Mientras que los rascacielos corporativos en el Paseo de la Reforma pueden contar con lo último en sistemas de prevención, muchos edificios residenciales en colonias populares carecen incluso de alarmas básicas contra incendios. Esta brecha tecnológica se traduce en una brecha de seguridad que afecta a los sectores más vulnerables de la sociedad.
El aspecto económico también juega un papel crucial en esta ecuación. La instalación de sistemas avanzados de prevención de incendios puede representar una inversión significativa para propietarios y desarrolladores. Sin embargo, como señala Van Goethem, “el costo de no implementar estas tecnologías puede ser mucho mayor”.
Las aseguradoras reportan pérdidas por incendios que superan los 34,000 millones de pesos en los últimos cinco años, una cifra que podría reducirse drásticamente con la implementación generalizada de sistemas de prevención avanzados.
La necesidad de regular
La falta de un marco regulatorio homogéneo a nivel nacional complica aún más el panorama. Cada municipio en México puede tener sus propias regulaciones en materia de prevención de incendios, lo que resulta en un mosaico de estándares que dificulta la implementación uniforme de soluciones tecnológicas avanzadas.
“Necesitamos una normativa nacional que establezca estándares mínimos de seguridad contra incendios para todo tipo de edificaciones”, propone Juan José Camacho Gómez, presidente de CONAPCI. “Solo así podremos garantizar que todos los mexicanos, independientemente de dónde vivan o trabajen, tengan acceso a la misma protección”.
La educación y la concientización también juegan un papel fundamental en esta ecuación. Muchos propietarios de inmuebles y desarrolladores aún ven la inversión en sistemas avanzados de prevención de incendios como un gasto innecesario en lugar de una inversión en seguridad. Cambiar esta mentalidad requerirá esfuerzos coordinados de educación y divulgación.
Fuente: obras.expansion.mx