Constructoras van por una reducción de prima de riesgo ante el IMSS
La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción busca reducir la tasa de aportación más alta, que representa 7.58% del salario de los trabajadores, a una de 0.54%.
La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) buscará reducir la prima de riesgo que pagan las empresas de la industria al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al considerar que la clasificación actual no refleja la realidad del sector.
Esta iniciativa forma parte de un plan más amplio para atraer inversión privada y mejorar las condiciones operativas de la industria.
“Las empresas constructoras al inscribirse por primera vez enfrentan la carga de pagar la prima de riesgo más alta. Por lo tanto, es necesario reclasificar esta prima teniendo en cuenta las medidas de seguridad implementadas y el historial de accidentes en el sector”, señaló la CMIC en conferencia de prensa.
La industria de la construcción permanece clasificada en la Clase V del IMSS, la más alta en términos de riesgos de trabajo, junto con sectores como minería y metalurgia. Esta clasificación implica una prima de 7.58875% sobre el salario de los trabajadores, lo que representa una carga financiera significativa para las empresas del sector.
En contraste, las empresas clasificadas en la Clase I, nivel que buscan alcanzar para las empresas de primer ingreso, pagan una prima de apenas 0.54355%.
El sector de la construcción registra el 8% de los riesgos de trabajo a nivel nacional, mientras que otras industrias como la de transformación, comercio y servicios concentran el 73% de las incidencias, según datos de la CMIC basados en el IMSS.
Al mismo tiempo, la construcción emplea al 8% de la población ocupada en México, lo que representa 4.8 millones de trabajadores al primer semestre de 2024, ubicándose como la sexta actividad económica con mayor generación de empleo.
Sistema actual de clasificación
El sistema de clasificación del IMSS divide a las empresas en cinco categorías según su nivel de riesgo. La Clase I incluye actividades como oficinas y bancos, mientras que la Clase V abarca operaciones consideradas de alto riesgo.
“Los riesgos de trabajo son los accidentes y enfermedades a las que están expuestos los trabajadores durante el desempeño de sus funciones o como resultado de su trabajo”, establece la Ley del Seguro Social.
Mismo riesgo desde 1943
La clasificación de riesgo V para la industria de la construcción existe desde la creación del IMSS en 1943. El Reglamento del Seguro Social Obligatorio para Trabajadores de la Construcción, publicado en 1985 y actualizado en 2008, mantiene al sector en esta categoría.
La permanencia en este nivel obedece a la naturaleza de las tareas involucradas, que incluyen movimientos de tierra, manejo de maquinaria pesada y trabajos en alturas. No obstante, la implementación de nuevas tecnologías y protocolos de seguridad ha modificado significativamente las condiciones de trabajo en el sector.
Otros sectores clasificados en los niveles más altos de riesgo (Clase IV y V) incluyen:
– Minería, por trabajos subterráneos y manejo de maquinaria pesada
– Industria metalúrgica, debido a la manipulación de metales fundidos
– Industria química, por el manejo de materiales tóxicos
– Pesca y agricultura en alta mar, por exposición a condiciones climáticas severas
– Manejo de residuos peligrosos, por exposición a químicos tóxicos
Propuesta para fomentar la inversión
“Una empresa de primera adición se clasifica en los primeros dos niveles cuando ni siquiera se ha hecho la primera obra, lo que nosotros queremos impulsar es que se clasifique desde el riesgo cero para poder año con año reevaluando y reclasificado con base en el desempeño que tenga en el tema de seguridad”, dijo en conferencia de prensa Luis Méndez Jaled, presidente del organismo.
Esta reclasificación se plantea como parte de un paquete más amplio de medidas para impulsar la inversión privada. “Implementaremos programas de capacitación para resarcir la escasez de mano de obra y fomentar la actualización profesional, de manera que las empresas dispongan de personal técnico altamente especializado”, señala el organismo en su documento.
El plan incluye la creación de una ventanilla única para agilizar trámites, implementación de beneficios fiscales y programas de capacitación especializada. La reducción en la prima de riesgo permitiría liberar recursos para estas iniciativas.
La cámara buscará demostrar que las condiciones actuales de seguridad en el sector, junto con las estadísticas de accidentes, justifican una reducción en la prima de riesgo.
Un proceso complejo
La Ley del Seguro Social permite a las empresas solicitar una reclasificación de su nivel de riesgo. Sin embargo, el proceso requiere evidencia sólida y múltiples etapas de verificación.
“La solicitud debe estar acompañada de documentación que respalde la petición, como registros de siniestralidad reducida, evidencias de mejoras en las condiciones de trabajo y programas de seguridad implementados”, establece el Reglamento de la Ley del Seguro Social en Materia de Afiliación.
El IMSS realiza inspecciones en los centros de trabajo para verificar si la empresa implementó medidas para reducir riesgos laborales, antes de autorizar cualquier cambio en la clasificación. Este proceso incluye la evaluación de programas de seguridad, registros de accidentes y medidas preventivas.
De acuerdo a Luis Méndez Jaled, del lado de la CMIC aún no hay una estrategia sólida para ir por esta renegociación, pero los objetivos están plasmados.
La recaudación
La recaudación del instituto alcanza aproximadamente 47,000 millones de pesos mensuales en 2024, con una expectativa de 500,000 millones de pesos para fin de año.
“Los ingresos obtenidos por el Instituto al cierre de marzo de 2024 son superiores en 7,863 millones de pesos, lo que significa un 2.1% mayor a lo programado y representan un mayor ingreso real del 9.7% con respecto al 2023”, dice el instituto en su último informe.
Y agrega que el crecimiento se debe, principalmente, a un aumento en la recaudación de Cuotas Obrero Patronales del 10.7% a lo programado, derivado de la evolución favorable del empleo y del salario registrado en el IMSS.
Esto se traduce en 135,317 millones de pesos en contribuciones de 375,974 millones de pesos de ingresos totales, incluyendo corrientes de capital, así como subsidios y apoyos fiscales.
Fuente: obras.expansion.mx
